Skaters 2

Con enorme satisfacción compruebo, durante mi habitual entrenamiento de running vespertino, que el muchacho que vi ayer aplaudiendo con su cabeza, en reiteradas ocasiones, las baldosas y la baranda de la escalinata de la Torre 1 de Plaza Moreno, (intentando hacer no se sabe qué, a bordo de una patineta), hoy ya no está ejerciendo la práctica activa de este curioso deporte callejero. De lo antedicho se infiere que al no hacerse presente en el lugar en el día de la fecha, podemos decir y comprobar que el individuo ha abandonado definitivamente el ejercicio de dicha actividad, que, durante la pobre exhibición del día de ayer, de 100 intentos de subir a la veredita y de pretender hacer girar 180 grados la tabla rodante, en 95 casi se mata, en 4 casi mata a un par de transeúntes y sólo uno de los el trucos le salió medianamente bien pero con una caída demasiado desprolija, incluso trastabillándose, lo que con mucha generosidad concluiría este informe de que fue algo, si se quiere, exitoso. Habiéndose probado, con esta ampliación de datos, la teoría que vengo sosteniendo sobre esta disciplina urbana, declaro archivado el expediente sobre el tema en discusión.

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